Niñez que se cuela entre los años,
como la mar entre la arena de la playa
y da paso a la tibia adolescencia,
etapa dulce que deseamos no se vaya.
Adolescencia, despertar maravilloso
de aquel primer amor siempre deseado;
con lágrimas, desdichas y pesares
cuando no siempre atrapas el amor soñado.
La adolescencia efímera y esbelta,
le da paso a la adulta prejuiciosa,
que los golpes de la vida la atormentan
pero le enseñan que la vida es muy hermosa.
Y la adulta que ya cree que ha vivido
y que nada le queda por sentir,
desconoce que otras puertas se entreabren
y detrás... mucho hay por descubrir.
Y la vida indómita se escurre;
sin palabras lo debemos aceptar,
va dejando nuestros sueños silenciosos,
tal como ave que emigra hacia otro mar.
Vuelve el mar a colarse entre la arena,
desperdigando, de la vida, la ilusión,
pero enseña que lo bello en cada etapa,
es haber encontrado algún amor.
como la mar entre la arena de la playa
y da paso a la tibia adolescencia,
etapa dulce que deseamos no se vaya.
Adolescencia, despertar maravilloso
de aquel primer amor siempre deseado;
con lágrimas, desdichas y pesares
cuando no siempre atrapas el amor soñado.
La adolescencia efímera y esbelta,
le da paso a la adulta prejuiciosa,
que los golpes de la vida la atormentan
pero le enseñan que la vida es muy hermosa.
Y la adulta que ya cree que ha vivido
y que nada le queda por sentir,
desconoce que otras puertas se entreabren
y detrás... mucho hay por descubrir.
Y la vida indómita se escurre;
sin palabras lo debemos aceptar,
va dejando nuestros sueños silenciosos,
tal como ave que emigra hacia otro mar.
Vuelve el mar a colarse entre la arena,
desperdigando, de la vida, la ilusión,
pero enseña que lo bello en cada etapa,
es haber encontrado algún amor.
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