Denuncian a un profesor por ofender a un alumno musulmán al hablar de jamón.
Pues sí, parece que no saben ya cómo tocarnos los bemoles. Ahora le toca al jamón.
Cuando se entere el iluminado de la moncloa se saca una ley sinde jamonera y al trullo el que coma, hable o piense en jamones.
De momento la madre ya está haciendo el tour televisivo, supongo que previa puesta de cazo y aclarando que no fue por hablar del jamón si no por mandarle a su país libre de jamones. No me creo nada.
Yo de momento me voy a poner a comer jamón como una cerda en cuanto llegue a casita y luego a rebajar las calorías bailando con los village pigple.
¡Viva el jamón!