RECETA DE PATATAS BRAVAS (LA ORIGINAL)
Ingredientes:
1 Kg de patatas de buena calidad.
2 cucharadas de café de pimentón dulce de La Vera.
1 cucharada de café de pimentón picante (también de La Vera).
1 Cucharada de harina (sopera).
Aceite de oliva suave (4 cucharadas para la salsa y el suficiente para freír las patatas)
1 Vaso de caldo (es preferible hacer un buen caldo a base de huesos de jamón, esqueleto de pollo, 1 hueso de codillo, puerro, tomate y todo aquello que hacen de un caldo, algo delicioso).
Nota: a falta de caldo casero, se puede sustituir por un caldo en tetra brick.
Preparación:
Se pelan las patatas y se lavan. Se cortan en trozos irregulares, pero no grandes.
A continuación se echan en la sartén con el aceite a no excesiva temperatura (90º) para que en vez freírlas se cuezan hasta estar enteras por fueras y blandas por dentro (el proceso se llama confitado).
Una vez que se realiza el paso anterior, se reservan hasta el momento en el que, ahora sí, vamos a freírlas.
Preparación de la salsa:
1º Calentamos el aceite sin que humee (las cuatro cucharadas).
2º Retiramos la sartén del fuego y añadimos los pimentones (dulce y picante).
3º Movemos hasta que se forme una especie de pasta homogénea (muy importante que no se queme el pimentón porque de lo contrario se estropeará toda la salsa).
4º Añadimos la cucharada de harina y removemos hasta que no quede ningún grumo.
5º Vamos añadiendo el caldo muy caliente poco a poco hasta conseguir una salsa de color anaranjado con una textura ni muy cremosa ni muy líquida. Probamos el punto de sal y rectificamos.
Dos trucos:
1º Si ves que la salsa se queda demasiado líquida, disuelve una cucharada de maicena en medio vaso de caldo y lo echas a la salsa hasta que veas que espesa (no modifica el sabor).
2º Cuando rectificas la salsa del punto de sal, también notarás el punto de picante. Las bravas de verdad no pican en exceso, pero que piquen poco las hace insulsas. Si te has quedado corto puedes añadir un poco de tabasco (pero mucho cuidado, no te pases).
El final:
Volvemos a las patatas. Ahora sí tenemos que poner el aceite muy caliente que utilizamos en el confitado y freímos las patatas hasta que tomen un ligero color dorado.
Cuando estén doradas las sacamos a un plato con papel absorbente y de ahí a otro plato al que añadiremos la salsa brava por encima.