Un avaro convirtió en oro toda su fortuna y formó con él un lingote
que enterró en su campo. Desde entonces, todos los dias iba hasta el
punto en que había enterrado su lingote, lo desenterraba y dedicaba algún
tiempo a contemplarlo.
Un hombre que trabajaba no lejos de allí observó las frecuentes visitas del avaro y un día, una vez que el avaro se hubo marchado,se acercó al lugar
en que el tesoro estaba enterrado, lo desenterró y se lo llevó.
Cuando a la mañana siguiente el avaro volvió a ver su tesoro, vio que había
desaparecido y comenzó a llorar y a arrancarse los cabellos de desesperación.
Otro hombre le vio lamentarse y supo la razón de su aflicción, le dijo.
No deverías preocuparte, hombre. Al fin y al cabo, tenias el oro pero no lo usabas. Toma una piedra, escóndela donde estaba el lingote y figúrate
que es de oro. La piedra te será tan útil como el oro mismo.
que enterró en su campo. Desde entonces, todos los dias iba hasta el
punto en que había enterrado su lingote, lo desenterraba y dedicaba algún
tiempo a contemplarlo.
Un hombre que trabajaba no lejos de allí observó las frecuentes visitas del avaro y un día, una vez que el avaro se hubo marchado,se acercó al lugar
en que el tesoro estaba enterrado, lo desenterró y se lo llevó.
Cuando a la mañana siguiente el avaro volvió a ver su tesoro, vio que había
desaparecido y comenzó a llorar y a arrancarse los cabellos de desesperación.
Otro hombre le vio lamentarse y supo la razón de su aflicción, le dijo.
No deverías preocuparte, hombre. Al fin y al cabo, tenias el oro pero no lo usabas. Toma una piedra, escóndela donde estaba el lingote y figúrate
que es de oro. La piedra te será tan útil como el oro mismo.