02 agosto 2006

La vida


Niñez que se cuela entre los años,
como la mar entre la arena de la playa
y da paso a la tibia adolescencia,
etapa dulce que deseamos no se vaya.
Adolescencia, despertar maravilloso
de aquel primer amor siempre deseado;
con lágrimas, desdichas y pesares
cuando no siempre atrapas el amor soñado.
La adolescencia efímera y esbelta,
le da paso a la adulta prejuiciosa,
que los golpes de la vida la atormentan
pero le enseñan que la vida es muy hermosa.
Y la adulta que ya cree que ha vivido
y que nada le queda por sentir,
desconoce que otras puertas se entreabren
y detrás... mucho hay por descubrir.
Y la vida indómita se escurre;
sin palabras lo debemos aceptar,
va dejando nuestros sueños silenciosos,
tal como ave que emigra hacia otro mar.
Vuelve el mar a colarse entre la arena,
desperdigando, de la vida, la ilusión,
pero enseña que lo bello en cada etapa,
es haber encontrado algún amor.

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