Meciéndose en mecedora invisible,
batiéndose en el vaivén perpetúo,se mueve en atisbos de cordura,
los recuerdos y los silencios.
Escondiéndose de añoranzas pérdidas,
debatiéndose, luchando con furia,
se alza imponente la locura,
comparada con la inocencia desmedida.
Y si volases con la imaginación,
y si desplegases las alas de la razón,
quizás llegases en un batir efímero,
al cuarto oscuro de la desilusión.
Pero ten cuidado al soplar,
mide los milímetros del aliento,
mide las partículas de tus adentros,
que quizás si no tomas precauciones,
en un suspiro,
tus anhelos,
se los lleve el viento.
Y así, con palabras vanas,
significados abstractos,
dobles sentidos camuflados,
con los oídos abiertos,
y las almas rojas de advertencia,
quizás, pero solo quizás,
sin mucho esfuerzo,
pero con sudor,
llegues a entender el poema,
que se escribe con lágrimas de decepción.
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